Miro mis manos y no recuerdo otras
no recuerdo cuándo ni cómo crecieron
ni el tiempo en que aprendí a verlas
pero sé que han acariciado y sentido instantes
fugaces tal vez
contemplo sus venas y pienso
cómo serán mañana y que otras pieles le esperan
si superarán el vacío
si con la soledad a cuestas todavía sabrán
o aprenderán a estar quietas
siento mis dedos recorrer rincones
señalar sin miedo y moverse ausentes buscando
una mano o un gesto
un cuerpo que lata al amor que espera
sin nada y sin nadie
las dirijo a tientas y rozo las teclas
las letras las siguen se mueven atentas
se callan a fuerza de silencios rotos
de voces a medias que ya nada dicen
que se alejan y dejan
se mueven alegres resiguiendo notas
se alzan se agitan convierten el puño en una
protesta
pero ya nadie oye ni siente ni corre
y queda la mano esperando otra
otra que ya nunca llega