Sentada y en el regazo nada
miradas preñadas de ausencia y vacío
las manos cruzadas sin tiempo
cae la lágrima que seca con rápido gesto
un sueño efímero despierta en sus labios
y acerca a sus brazos el viejo muñeco
lo peina y lo mira
lo acuna y le canta
lo duerme con besos
hasta que el olvido llega
se cierran sus ojos
y muere de nuevo