viernes, 29 de diciembre de 2017

Carpe Diem.


Otro año que se va arrastrado por el tiempo, un año que me ha dejado su reloj palpitando.
Siempre me ha gustado el diálogo, a pesar de que muchas veces me he encontrado con monólogos o soliloquios en los que he estado sola a mi pesar. Me ha interesado todo y he estudiado lo que he podido. He intentado compartir, enseñar a quien le interesase lo que tanto trabajo me ha costado aprender. Verdad solo hay una, aunque haya muchas formas de verla, aunque sea una verdad efímera que llevará siempre a otra que nunca será la definitiva, así avanzamos y nos enriquecemos. No tengo verdades absolutas, tan solo apuntes  dispuestos al diálogo pero que defiendo con vehemencia.
He actuado siempre con lo que me ha dictado la razón y ha sido un duro aprendizaje el matizar sentimientos y dominar impulsos pensando siempre en el bien común. Me enseñaron a ser honesta y  responsable, a que el dinero no fuese lo importante en la vida, a cuidarme, respetar y respetarme, a pensar en los demás. No tengo una religión que guíe mis actos, me guía el razonamiento que tengo como humana y el compromiso que tengo con la vida.
Me han castigado con el silencio, con la maledicencia, el acoso y el olvido. No he tenido nunca defensa ni apoyo, siempre me he tenido que valer por mi misma, es muy duro ser mujer...  No he recibido disculpas ni resarcimiento alguno del mal que se me ha ocasionado.
Pensé que podría sobrevivir a la injusticia, al egoísmo, a la envidia, al terrible machismo que impregna a la sociedad, que inunda a hombres y mujeres; que resistiría el abandono de familiares y amigos. He vivido para saber de muertes cercanas, de dolor y de ausencias. He pasado vicisitudes, he sabido de luchas, de faltas de comprensión, de vacíos, de expolíos, de engaños... y a pesar de ello he seguido. Pensé que no me vencería la mezquindad, la pobreza de espíritu..., que siempre me levantaría y seguiría adelante, que podría ir con la cabeza alta y la dignidad como bandera y que eso me bastaría. He intentado comprender, apreciar, aceptar, valorar..., amar.  Tengo la impresión de haber vivido siempre a destiempo.
Este año me ha inundado una terrible desazón y a veces me falta el aire. Veo lo efímera que es la vida y lo corto que es el tiempo. Me doy cuenta de todas las horas perdidas, de todas las energías malgastadas en quimeras imposibles. Me ahoga y duele la falta de solidaridad y la incomprensión.
No sé si me vencerá esa pesada losa, si podré seguir mirando adelante a pesar de las ruinas que se amontonan en el camino; no sé si los recuerdos serán nubes grises que nublen el horizonte de mis días, si las lágrimas no ahogarán mi alegría, esa alegría que me ha acompañado siempre y que me ha permitido sonreír. No sé si no me faltarán algún día palabras para vivir. No sé...

jueves, 21 de diciembre de 2017

Con nosotros codo a codo



El mar despierta de nuevo
al sol de cada mañana
se rompan sus olas
y en la orilla descansan
las caracolas y estrellas
que arrastró la marejada

el viento nos trae la lluvia

que empapa la tierra seca

y deja vaivenes en el agua
se deshacen las nieves
y crecen los riachuelos

Reverdecerán los árboles
que ahora secos y arrugados
dejan ver sus cicatrices
dejando los nidos secos
huérfanos en sus ramas

Se llenarán de hojas sus brotes
estallando nuevas flores
que ahora aparecen marchitas
reverdecerán los caminos
que ahora esconde la hojarasca

Porque tenemos las manos
porque tenemos la risa
la palabra que nos dice
las miradas que se cruzan
la esperanza en un mañana


Porque esperamos que llegue
arrimando 
Porque con nosotros codo a codo
no hay no puedos que resistan














viernes, 15 de diciembre de 2017

No espero.




No espero que pueda ya deshacer caminos, construir veredas, descubrir atajos
no espero que vuelvan las palabras dichas, que se abra la puerta cerrada al olvido
no espero que me den cobijo los mismos brazos, ni que se recuerden mis desvelos y gestos
no espero que se recuperen las ilusiones puestas, los amigos perdidos con los que anduvimos
no espero encontrar las horas sin tiempo, la vida arrancada con el corazón a cuestas
no espero que se pidan disculpas, que una brecha de verdad aflija a los que tanto daño hicieron
no espero que ondeen de nuevo las mismas banderas, ni encontrar las calles que nos acogieron
no espero que pueda mirar sin herirme y oír sin congoja el dolor ajeno, por mucho que quieran
Aunque yo resista y no puedan callarme: el silencio golpea, el desamor arrasa y las ausencias queman.

Me duele la vida.





Me duelen los sitios vacíos
las miradas sin nombre
las voces sin aliento
la piel sin caricias
el tiempo que sacude

Me duelen las bocas sin palabras
las letras que no dicen
los textos que no hablan
los besos que se pierden
las lágrimas que inundan

Me duelen los adioses
los silencios como respuesta
los ojos que huyen
las manos a tientas
la ira que arrasa

Me duelen los monólogos obligados
la huida que esconde
la insolidaridad que aisla
la soledad que envuelve
el odio que venga

Me duele la vida.



Em dolen els llocs buits
les mirades sense nom
les veus sense alè
la pell sense carícies
el temps que sacseja

Em dolen els llavis sense paraules
les lletres que no diuen
els textos que no parlen
les besades que es perden
les llàgrimes que inunden

Em dolen els adéus
els silencis com a resposta
els ulls que fugen
les mans a les palpentes
la ira que aniquila

Em dolen els monòlegs obligats
la fugida que encobreix
la insolidaritat que aïlla
la solitud que reclou
l'odi que venja

Em dól la vida.







No importa.





Sueño despertar
dormir para que llegue
la lenta anestesia del olvido
terrible memoria
que solo sabe de nostalgia
y de vacío


qué fue de los años
de tanto esfuerzo inútil
qué fue de la emoción primera
que me zarandeba
preñando de esperanza el futuro

rota en mil trozos
para resurgir de nuevo
ave Fenix cualquiera
mujer sin nada
con la vejez a cuestas

no comprenderé el mundo
la voz sin palabras
las miradas ausentes
que se entrecuzan solitarias
llenándonos de vacío

nos rodean fortalezas infranqueables
altísimas atalayas
sin saber quiénes las habitan
sálvese quien pueda
no importa que queden muertos
en el camino






Lo siento.



Se enterrarán los años
vencidos por el tiempo
se acercará sereno
el final del camino
repleto de ilusiones secas
que crepitarán ya rotas
tras nuestro paso inseguro

nos azotará el viento
con antiguas nostalgias
dejando los bolsillos llenos
de ayeres que pudieron
sembrar de sabia nueva
las ramas que ahora crujen
vacias de recuerdos

no habré podido transformar el mundo
ni dejar abiertos nuevos senderos
no habré podido rescatar abrazos
sembrar ilusiones
despertar inquietudes
no habré podido
dejar una huella