jueves, 30 de septiembre de 2021
lunes, 6 de septiembre de 2021
Un inmenso vacío.
Presiento que no quedará nada y un incommensurable vacío se apodera de mí. Me gustaría que fuese un sueño y despertase, no como cuando murió mi padre que soñaba que me miraba y me cogía de su mano y después me asaltaban las lágrimas que contenía para no ahogarme en ellas. Esta nada me arrastra al borde de lo que parece un horizonte de sucesos de ese agujero negro que se traga mis días y me arrastra. Me resisto, pero me va despojando de mis años, intento aferrarme a recuerdos que sé que acabarán engullidos …, pero no puedo y es imposible despertar de la vigilia.
Tempus fugit.
Las horas crecían y se enredaban, subían por mis brazos y llegaban hasta mis mejillas, para después caer exánimes mientras sus raíces arraigaban con fuerza buscado otros muros en los que asirse. Anegadas por las lágrimas se iban secando sus minutos, incluso los segundos parecían desvanecerse sin llegar a ser nada.
jueves, 5 de agosto de 2021
Solo quedas tú.
Qué es la soledad sino eso
El sonido sordo del viento al chocar contra un muro
Las miradas ausentes
o las que se pierden sin tan siquiera rozarnos la piel
Las letras sin rumbo
Las palabras sin gesto
Los labios sin voz y sin besos
Las manos sin caricias
El silencio que cubre paisajes
y llena de bruma los recuerdos felices
Sin puentes
Sin nada
Con esa impotencia de ver que la vida
Se escapa
Que el tiempo se acaba
Que la piel se marchita
Que los ojos se cierran
Y no queda nada
Solo quedas tú
martes, 15 de junio de 2021
Y al fin feliz dormiría para siempre.
Sentir el olor a tierra y deshacer los terrones entre mis dedos
Con el cielo azul y el sol que quema
Ver el trigo con sus sombreros de plumas
balancearse inquieto sobre mi cuerpo
Y esperar que me amanecieran amapolas
Mi padre estaría en mi mirada
Mi madre en mis ojos
Mis hijos huérfanos jugarían con mis hojas
Y harían un ramo hermoso con mis flores
Cantarían alegres y risueños
Y al fin feliz dormiría para siempre
viernes, 4 de junio de 2021
Ya sin tiempo y sin fin.
Mezclarme entre sus letras
Saltar alguna coma
Pararme en un punto
Saltar algún renglón
Y soñar.
Me gusta pensar que estoy allí
Donde el tiempo no tiene fin
Ni principio
Donde las caricias son versos
Y los besos música
Me gusta recordar las horas
Sin dolor
Sin llanto
Con esos poemas
Que abrigan
Y aquel eco lejano
De amores perdidos
Aunque no los oiga
Aunque no los vea
Ya sin tiempo
Y sin fin
viernes, 12 de febrero de 2021
No fui yo.
que cayesen al suelo mis simientes
recogieses las que el viento hubiese dejado
y plantases con ellas las laderas
para cubrir de verde los instantes
y los áridos paisajes que la memoria deja
Un día lejano encontrarías allí mi huella
crecida de tus manos y de mis días
que te hablaría del viento que las mece
de las lluvias que regaron las arcillas
esas que anegaron tantas primaveras
y cubrieron de lodo tus recuerdos
Te traerían mi olor como una suave brisa
la misma que acompañó tus noches y tus días
y sus descarnadas raíces
te hablarían de historias que no sabes
de esfuerzos y de luchas que ahora ignoras
y de tanto amor que no entendiste
Sabrías entonces de un mundo que no era
construido para taparte heridas y congojas
sin saber qué había tras el muro
qué historia explicaba tus historias
qué dolor supusieron las ausencias
qué terrible silencio acompañó mis días
No fui yo pero a la tierra ya no le importa
Nunca te acordarás de mí (para Marina Moreno)
Cuando los años te anuncien el olvido y no tengas pasado en el que asirte mirarás el presente, ahora tuyo y enterrarás sin ritos los años que dejaste; en ellos irán mis gestos y mis risas, mis llantos y desvelos . Te aferrarás a tu historia de tenebrosos palacios de vampiros y de lánguidos personajes que humedecerán tus ojos. Nadie sabrá si existí o si fui tan solo fábula para amedrentar niños. ¡Qué viene el lobo!, dijiste y cerraste el cuento como el de las sardinas. Tararearás las canciones de revoluciones que no supiste o nanas a media voz que repetirás sin recordar su origen. Naciste un día y te creí sol y luna, amanecer, crepúsculo, aurora que alegraba mis días, siempre con temor a perderte tras tus silencios y rechazo; nada sabes a pesar de haber oído; no escuchaste, no viste, no amaste.¡Qué terrible confabulación de silencio!¡Qué soledad! ¡Qué duro el trance de abrir los ojos y ver!