Hoy iré a la playa y tocaré el mar
dejaré que las olas rocen mis zapatos
veré al horizonte despertar entre brumas
y sentiré el crepitar de la hoguera que se enciende a lo lejos
Alguna gaviota cruzará el aire
algún barco romperá lento las serenas aguas
un delicado viento traerá su sonrisa de espuma
que se deshará suave en la reluciente arena
Amanecerá y resurgirá el mundo de su oscuro silencio
saltarán alegres las diminutas gotas que golpean las rocas
llegarán sonidos y el eco de voces lejanas
la playa desierta esperará mis pasos
Caminaré entonces junto a la ribera
con árboles dorados de trémulas hojas
con flores amarillas que se abren ajenas al tiempo que toca
con miradas que ni hablan ni dicen
y me asaltarán nostalgias…
de tiempos perdidos
de abrazos y besos que me suenan lejanos
de amigos que fueron
de seres ausentes que el tiempo y el olvido
enterraron lejos
de palabras dichas que nunca dijeron
de discursos absurdos que a nadie llegaron
de adioses sin señas
de dolor sin duelo
Solo queda tirar adelante
esperar que la piel aguante otro invierno
que el corazón resista los nuevos embates
y que queden primaveras para llenar el vacío
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